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La activación de los sentidos en el spa.
El concepto spa nos transmite unas ideas de relax, ambiente agradable, agua y relajación física y mental. Dentro de este concepto es importante el entorno y las diferentes opciones que disponemos para crear ambientes especiales para nuestros clientes. La música de relajación, los olores y aromas, la luz indirecta, son algunos elementos que podemos combinar para hacer de nuestro spa el lugar perfecto de reparación física.
Los profesionales del spa son quienes pueden elegir esos elementos adecuados dentro de la filosofía del spa, pero ¿será de satisfacción para nuestros clientes? ¿Que ocurre si ellos seleccionan los aromas, música, luz, que les permita individualizar su estancia dentro del spa y que sea una experiencia única?.
Si analizamos las sugerencias o comentarios que los Spa Manager realizan sobre este tema nos encontramos con varias tendencias.
En primer lugar, se considera siempre el tema personal. La serenidad la tienen que transmitir los terapeutas y el personal del spa. Ellos son los que reciben y tratan al cliente y han de ser los adecuados para relajar desde el principio al usuario del spa. El terapeuta es vital, ya que a través de sus manos conecta con el cliente, y la seguridad y calidez en el tratamiento se nota en los primeros minutos y hace que el cliente se sienta seguro desde el principio. Es importante también el factor sorpresa de un tratamiento. Deseas que sea algo nuevo, que te sorprenda y te dé nuevas sensaciones.
El segundo aspecto lo focalizamos en los factores ambientales. El lugar, por supuesto, ha de ser tranquilo, sin ruido exterior, la música ha de ser relajante igual que los olores y la luz y temperatura.
La música es un elemento fundamental dentro del spa. Su elección, es importante por la sensación de tranquilidad y relax que debe ofrecer a los clientes, siendo importante la variación, ya que la repetición de la música o escuchar las mismas canciones cada vez que se va al spa ofrece al cliente sensación de dejadez y monotonía. En las cabinas las opciones pueden cambiar, ya que el cliente puede elegir tipo de música o se puede ofrecer alguna melodía que sea de su agrado, dentro de un menú del que pueden disponer todos los terapeutas, con lo cual permite elegir música según tipo de tratamiento o cliente.
La elección de aromas y olores para el tratamiento por parte del cliente según sus preferencias es una opción, aunque en la mayor parte de casos los terapeutas ya aconsejan lo más adecuado dependiendo del masaje seleccionado y la idoneidad con las especiales características del cliente. En este sentido sí que existen spas que desde la entrada se responsabilizan del cliente de manera personalizada y permiten la elección de fragancias, texturas en todos los productos, aunque y como se ha comentado anteriormente, dentro de unos productos previamente seleccionados, con lo que se trata de una estrategia controlada que satisface al cliente y genera un valor añadido.
En función del tratamiento a realizar, la iluminación deberá ser acorde a las circunstancias. No es igual realizar un tratamiento facial, una depilación o un masaje relajante. La luz tenue e indirecta invita a la relajación, por lo que es importante que en las cabinas se pueda regular la iluminación. Ello permitirá adaptar la intensidad de la luz en cada momento, al entrar, durante el tratamiento, en la ducha y al finalizar y en la despedida del cliente.
La temperatura. Es crucial conocer si el cliente se siente a gusto, ya que cada individuo termo-regula de forma diferente. Es aconsejable por tanto, disponer de calentadores térmicos o camillas calefactables, sí como mantas, siendo fundamental el disponer de regulación de temperatura independiente en cada cabina.
Molesta la intrusión en el spa o cabinas de personal ajeno, ruido de puertas, de pasos. La insonorización es de vital importancia, porque el tratamiento puede no tener el fin deseado si el cliente no encuentra el silencio que se presupone dentro de una cabina de tratamientos. Hasta el mobiliario de la cabina debe ser diseñado para que al abrir una puerta o cajón no lo note el cliente.
También y como aspecto ambiental está la decoración. Ha de ser acorde en su idea de transmisión de armonía en su conjunto y que se identifique con la filosofía del spa. No siempre el lujo, lo caro y sofisticado es lo más adecuado para una correcta percepción de relajación de los sentidos.
Conclusión: El conjunto de los sentidos que estimulamos con todos y cada uno de los elementos mencionados, es lo que en su totalidad nos da el bienestar que queremos transmitir al cliente en un determinado momento. Si uno de ellos falla no se completa la plenitud del tratamiento.
Es por eso que todos señalan la importancia del factor humano dentro del tratamiento. El personal ha de trabajar en armonía con un solo objetivo que es la satisfacción del cliente. Si lo logramos, aunque no se tengan las instalaciones perfectas o los productos más exclusivos del mercado, el resultado final nos sorprenderá, porque al final lo que se ofrece es un servicio y los recursos humanos son el eslabón más importante.