La situación actual del turismo rural podría dar la impresión de estar un tanto dispersa, que se va planteando en función del incremento de demanda que está teniendo a raíz de la masificación del turismo de sol y playa.

Hemos podido ver cómo la industria del turismo ha sido, es y posiblemente será, una de las principales líneas de ingresos de nuestro país, aunque con oscilaciones de demanda España sigue siendo uno de los destinos favoritos por los turistas extranjeros atraídos por nuestro clima, la calidad de los servicios, el patrimonio cultural y social.

Volviendo a la definición que indicábamos de lo que se viene entendiendo por “Turismo Rural” y de la definición que en apartados anteriores ofrecimos sobre el “WELLNESS” surge un nuevo concepto, el “Wellness Rural” que podría entenderse como “aquellas actividades turísticas realizadas en el espacio rural y que tienen una doble finalidad, por un lado, el interactuar en la vida rural y sus gentes de manera que se consiga provocar en el individuo una reconexión entre cuerpo, mente y espíritu”

Si la búsqueda de espacios donde encontrar a nuestro yo interno, de descanso y desconexión la han conseguido ofrecer en los Centros Wellnes y Spas, poniendo todos los medios a su alcance con decoraciones espectaculares que tratan de llevarnos a espacios naturales con bambú, maderas, chorros de agua, fuentes con las más sinuosas formas… ¿qué no podrá conseguirse en entornos realmente naturales?

Entre las razones por las que los turistas se deciden por este tipo de turismo además de por la relación calidad – precio, están también razones como los magníficos entornos naturales que disponemos, la riqueza gastronómica y enológica, y especialmente la ausencia de masificación.